Gran Premio Argentino Histórico

Gran Premio Argentino Histórico

El Gran Premio Argentino Histórico es mucho más que una simple carrera automovilística; es un homenaje vivo a la cultura y el patrimonio argentino. Este evento único combina la pasión por los automóviles clásicos europeos con la exploración de la rica diversidad geográfica y cultural de Argentina.

 

Preservación del patrimonio automotriz
El Gran Premio rescata y celebra los autos clásicos, principalmente de origen europeo, dándoles una nueva vida en un formato de competición de regularidad. Esta modalidad no solo permite admirar más de 130 joyas sobre ruedas en movimiento, sino que también promueve una forma de competición más sostenible y menos contaminante, como lo ha hecho Salvador Sancho Altolaguirre desde 2017 con los Peugeots 403 y 404, además de este año con el Fiat 128.

 

Promoción turística y cultural

A lo largo de su recorrido de 3,600 kilómetros, el Gran Premio Argentino Histórico se convierte en un escaparate móvil de la belleza y diversidad de Argentina. Los participantes, como Salvador y Enrique, los hermanos Sancho, y espectadores de todo el mundo tendrán la oportunidad de descubrir y apreciar diversos destinos del país, desde paisajes urbanos hasta entornos naturales impresionantes.Este aspecto del evento fomenta el turismo interno y ayuda a difundir la riqueza cultural de las diferentes regiones argentinas.

 

Fomento de la camaradería y la solidaridad
El evento no solo une puntos geográficos, sino también personas. Crea un espacio para el encuentro entre aficionados al automovilismo, forjando nuevas amistades y reforzando lazos existentes del 18 al 25 de octubre.Además, el Gran Premio incorpora un componente solidario, colaborando con Cáritas Argentina para la recolección de alimentos no perecederos en cada una de las seis etapas, donde cada competidor deberá entregar 5 kilos de alimentos no perecederos.

 

Participación destacada

La participación de figuras como Salvador Sancho Altolaguirre y su hermano copiloto Enrique añade un elemento de continuidad histórica y expertise al evento. Su presencia a bordo de un Fiat 128 de 1977, identificado con el número 311, no solo enriquece la competición, sino que también sirve como un puente entre las generaciones pasadas y presentes del automovilismo argentino.

El Gran Premio Argentino Histórico se erige así como un guardián de la memoria colectiva, un promotor del turismo nacional y un catalizador de la unión social, todo ello mientras revive la gloriosa historia del automovilismo argentino motorizado por un legado europeo.